Previamente a

Los giros del sol,
El tumulto gritando mi nombre,
Los remedios que me curan,
Los brillos blancos de la pereza,
Y el sentir que el fin se acerca.

Excepto la cercanía de la muerte,
La sensación de caer sin rumbo,
El abismo oscuro, desesperante,
La respiración fuerte y ruidosa,
El jadeo infinito que produce el cansancio de pensar,
El correr hacia algo que no quiero que llegue,
Contradicción fatal,
El temor de perder a la persona que amo,
Pero la felicidad del descanso absoluto, el reposo de las manos,
Extrañaré el vapor que sale de mi boca en las noches,
El extraño aroma de la tierra mojada,
Y el dulce sabor de los sueños en sus espadas.

Mi corazón se agita cada vez que viene,
En la oscuridad, en los ojos cerrados por siempre,
En la infinidad de tiempo que pasaré en la penumbra,
Y en el mínimo que queda para las despedidas.

La conmoción y la grandeza que produce no existir,
Me llama, me pide investigarla,
Pero para eso debo dejar, olvidar.

No recordar la familia, ni los amigos,
Ni siquiera el resplandor de las estrellas,
Mi adiós será callado,
Y tener la tranquilidad y la seguridad del dormir