Podría ir armándolo, trozo por trozo, parchando las abolladuras y tragando la saliva, soy uno más de millones, lo sé, pero, ¿qué quieres que haga?, ¿Qué quieres que hagamos?, si sigo, seguimos, pisando despacito, para no molestar a la bestia que duerme protegiendo sus entrañas.
Podría ir armándolo, ya hace mucho que no se una parte con parte, brazos, piernas repartidas por las calles, por los espacios negros de humo y sudor, de llantos reprimidos y dolores de años, años de años, torturas tras torturas.
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