... y abro mis alas con fuerza
y corro intentando alzar mi vuelo.
Corro, enceguecida de lágrimas
bajo la sombra de los edificios,
aquí no hay árboles que me reoxigenen.
Ahogada,
garganta apretada,
voy generando el río de llanto
y me arrastro.
Pienso en encontrar el principio,
encontrar el fin,
encontrarnos.
Me levanto.
Y no estás.
Las rodillas y la nariz sangran
¿Cómo voy a besarte de nuevo
con los coágulos sobre mi boca?
Las voces se escuchan
claras, absolutas, consisas, indolentes
y me llaman
y yo no recuerdo mi nombre.
Melusina, Laura, Isabel, Perséfona, María.
Sólo estoy ante mi deseo del instante
en el que vienes,
yo desnuda,
tú nadando por mis ojos,
tú por mi frente inmensa,
tú por mi vientre.
El maíz de mi falda se ha secado,
muertos de hambre
mis hijos por nacer ya no nacerán.
Tú por mi cuerpo,
no vienes y no te encuentro
y no me ves.
Soy transparente
y voy corriendo
tras el río que se genera
bajo mis pestañas luminosas,
que se curva
y abro mis alas con fuerza...
es como un respiro, una autodestrucción.
Concuerdo,un circulo...