Hoy te vi el cuerpo tanto día lo hubo pasado.
Caía con el gesto preciso del ámbar
cuajando para los bosques de la boca;
el olor a pájaros reposó mi cansancio en tu seno,
solté mi aliento en tus oídos,
gritos silentes que en tus manos
cantaron la más bella sinfonía.
Tantos días pasaron por tu sexo, vida,
tanto árbol que se levantó entre ambos.
A esa distancia que abrió el tiempo,
me pareciste el milagro más piadoso de toda la creación:
pero en tus ojos había una reja,
y para todo lo mío
no había más espacio.
Ya no entraré a tus bosques.
Sólo queda mi periferia de ciudad.
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¡Qué alegría volver con Lumitante!
Y volver a ver sus palabras derramadas por ahí también es alegría... =)
Saludos!
Debo admitir que hasta hace poco nunca tuve un real interés en la poesia, sin embargo esta me llegó bastante.
Eso es lo entretenido o no? encontrarse repentinamente con cosas que sorpredan, como esto.
Saludos